pensamiento divergente #1

(ante mi repentina incapacidad manifiesta para unir una serie de palabras hasta configurar un discurso lógico he optado por explorar todo pensamiento líquido que me aborde con una herramienta de escritura delante siempre que no sea nociva para mi entorno ni contenga malas palabras)

12.47 imagina que eres un pez. eres un pez tamaño promedio que lleva la enterita vida esquivando tortugas y belugas para que no te coman y camarones para no pisarlos porque eres buen pez. te has pasado años huyendo de redes pescadoras y de los plásticos de la gente, de las latas de cocacola y los vasos del chiringuito de los cafés para llevar de las compresas de la gente de las toallitas de los bebés de la gente. toda la vida de un lado a otro huyendo de los agentes externos y los peligros del mar, no muy cerca del fondo para evitar a los peces grandes, no muy hacia la superficie para que no te vean las putas gaviotas y de pronto un día deja de llegarte el oxígeno. no es que no sepas usar esas branquias que el dios de los mares te ha dado, es que de pronto el agua se te ha vuelto irrespirable. en cambio el resto de peces no lo han notado o no lo están sufriendo pero a ti se te abren mucho los ojos y aleteas las branquias como si quisieras salir a volar. lo absurdo de todo es que no te mueres así que de alguna manera debes de seguir respirando pero la sensación de ahogo está. estás respirando pero por algún extraño motivo no sientes que lo estés haciendo. eso es casi peor porque estás tan concentrado en seguir vivo que al final te acabará comiendo la beluga

15.45 imagina que eres un superhéroe en una ciudad tranquila. aquí todos están bien, nadie necesita que le salves ni al gato. en este páramo no hay excusas para la exhibición: explosiones, piruetas, salvar a la chica, aparecer en el momento indicado para garantizar buenos finales, decir que lo dejas todo pero acabar rindiéndote a tu sino. eso multiplica de forma exponencial la soledad del héroe. es una putada ser superman y no poder contarlo, pero imagina que ni siquiera saben quién es superman. estás en la puta tierra con una misión y nadie te necesita y para qué quieres fuegos artificiales si nadie va a verlos

19.05 desde que me alcanza la memoria llevo tropezando con una piedra muy concreta: la de esperar que las personas actúen 1) como yo actuaría 2) como yo quiero que actúen, que en la práctica es como yo espero que actúen. esto me conduce siempre a los mismos escenarios que son la frustración que deriva en ira y el de la posterior flagelación, porque no solo soy inestable sino que además generar inestabilidad a mi alrededor me genera una frustración extra. ese bucle me acaba convirtiendo en un tipo muy concreto de mala persona que es la mala persona con eterno propósito de enmienda que además lo necesita aquí y ahora. como quiera que las cosas no funcionan de esa manera el circuito regresa al principio: espero que lo entiendan como yo lo entendería pero eso es problema mío y no una norma colectiva. la solución está, como decía daenerys, en romper la rueda

22.53

no sé mucho de identidades. tengo un nombre y unos apellidos y un número de dni y una tarjeta de la seguridad social. tengo un cuerpo y una cara y una serie de gestos que suelen asociarse a una persona que es capaz de ser reconocida por su entorno al menos en el sentido más básico que es el de ser saludada y despedida, ocupar un espacio, a veces llenarlo y a veces desbordarlo. esa identidad es superficial, se basa en la coexistencia con los otros. la identidad que construye novelas y castillos depende del arraigo y no tiene nada que ver con la coexistencia sino con la comunidad. por eso no es una, sino muchas, y es tan oscilante que a veces no se la puede encorsetar. si no hay comunidad no hay arraigo. si no hay arraigo no hay identidad y ahí empiezan los problemas. si la vida humana consistiera en existir nada nos diferenciaría de un poto. vivir como un poto no es vivir y por eso a la gente que se muere en vida se les dice que se han quedado vegetales. de la identidad imagino que habrán hablado señores más leídos que yo e incluso señoras más leídas que esos señores por lo tanto no tiene sentido que yo me lance a una disertación que no tiene puerto ni destino ni faro ni dios que lo ha visto. no me reconozco en la persona que escribe ni en las conductas autolesivas de los sábados ni en la que esperaba que sonara el porterillo a las tantas de la mañana ni en la que busca compañía un domingo ni en la que no lo busca tampoco en la que se esfuerza en que no se note ni en la que no tiene arraigo porque le han arrancado los lazos de comunidad que con tanto esfuerzo forjó tras tirar por la borda el esfuerzo de convencerse de que los lazos no merecían la pena porque los lazos dolían. en esa tampoco me reconozco pero a lo mejor tenía razón